El trato de la gente siempre atentos a cualquier necesidad que puedas tener.

La cobertura Wifi (gratuita) esta solo en una pequeña zona común, zona de desayunos y restaurante, evidentemente si quieres te proporcionan más medios pero son de pago.

Hotel alejado del bullicio de Saladan. El personal es encantador y muy atento, en especial Shana. Las habitaciones son tal y como aparecen en la foto; amplias, elegantes y confortables. Desayuno a la carta y variado. La comida tailandesa del restaurante muy buena.

No tiene acceso directo a la playa, aunque hay una a 5 minutos. Escasa información sobre qué hacer/ver en los alrededores.

El hotel es un hotel de diseño. No está en la misma playa pero el acceso es muy sencillo. La ubicación está muy bien ya que andando se llega a muchos sitios de cenar y los 2 mejores sitios de copas de la isla. Why Not y Same, Same but different.

A mi llegada y sin haber visto la habitación me obligaban a pagar 2 de las 3 noches contratadas por adelantado.

arquitectura, diseño, interiorismo

muchas cosas no me han gustado, es un hotel de vacaciones, donde priman las reglas, 75 euros de multa si fumas, no puedes salir de noche simplementeorque a tu regreso te encontaras todo cerrado y todas las luces apagadas, a las 10 de la noche ya no hay nadie, y a las doce apagan absolutamente todas las luces, enfin sera prefecto para un tipo de cliente, pero definitivamente no para cualquier cliente. No hay intimidad, las habitaciones son escaparates a espacios comunes y los balcones vecinos, sera por eso que la clientela anda a hurtadillas por el hotel. El restaurante es pesimo, pedir una consumicion y devolverla hasta tres veces por no tener nada que ver con lo pedido, funcionan a base de congelado y tetrabrick. el personal solo muy eficiente a la hora de cobrar, porque las maletas las subes tu por la 50 escalones hasta la habitacion.